Normalmente no publicamos ensayos en Blogsbolivia pero ahora tenemos la suerte de contar con la autora del blog Marea y cielo que decidido compartir con nosotros sus análisis e ideas. Así que sin más les dejamos con la última colaboración que ha recibido Blogs Bolivia (Quisieramos que esto se vuelva habitual).
La comunidad transnacional boliviana:
Mariana Ruiz Romero
Es curioso que siendo animales, sea frecuente el que nos comparemos con árboles a la hora de hablar de conglomerados o sumas de personas que se consideran enlazadas entre sí. Quizás se debe a que los árboles, las lianas y otras plantas poseen una relación ampliada y simbiótica con su entorno, y que a diferencia de los animales, ésta sea fija e inamovible. Así, raíces, ramificaciones, brotes y líneas son partes comunes del léxico utilizado para referirnos a las personas y a los lazos que nos construyen como sujetos. La afinidad que sentimos hacia un determinado grupo de personas, prácticas culturales y categorías simbólicas, junto a nuestra posterior identificación con estos como elementos definitorios de nuestra identidad, suelen describirse mediante adjetivos que implican una relación directa y visible con un entorno -terruño o territorio- que consideramos determinante.
Sin embargo, los bosques no se mueven (por lo menos, no desde los tiempos de Macbeth) ni emigran. Mientras que los seres humanos se han visto en un constante proceso de movilización desde el comienzo de los tiempos. En el caso particular de Bolivia, el habitus migratorio, al decir de Alfonso Hinojosa[1] posee una construcción histórica que se remonta a mucho antes del siglo XX. La emigración constante de los bolivianos, (tradicionalmente hacia Argentina, más recientemente a los Estados Unidos, la Unión Europea y Brasil, en principio), que asciende en este momento a dos millones de personas, habiéndose incrementado en casi un millón en los últimos tres años, así como "feminizado" -cada vez son más las mujeres emigrantes- es además, un creciente fenómeno económico: Bolivia registra un ingreso por concepto de remesas igual a $us 860 millones. Esa cifra supera a la de la venta de gas. "Las remesas se generan por un flujo laboral que trasciende las fronteras. Las personas dejan sus países de origen en busca de mejores oportunidades de vida", señaló Joel Branski, representante del BID en Bolivia. Quienes emigran lo hacen como una fuerza laboral de sólida reputación por su honestidad y capacidad de mano de obra. Las redes sociales en las que se basan, lazos que entrañan a la familia y a la comunidad en prácticas como el compadrazgo y el paisanaje, nos muestran una especie de entramado a ramaje social diverso y disperso, que ha extendido espacios vinculados a la bolivianidad en diversos puntos geográficos del planeta.
Nuestras comunidades no se circunscriben ya al territorio donde se nos vio nacer sino que, al decir de Alejandro Canales [2] "han expandido su dimensión territorial en una multitud de localizaciones". El flujo constante de personas, capitales simbólicos e informaciones diversas; la capacidad de ir y volver -eventualmente- al lugar de origen, en fin, los lazos comunitarios esparcidos en distintos focos de inmigración del planeta, nos permiten hablar del surgimiento de comunidades transnacionales, con características novedosas. Lentamente, los lazos que nos unen y definen van absorbiendo estas "mezclas de locaciones", que unidas a nuestro tradicional habitus migratorio (aún el 60% de los bolivianos quiere irse del país) crean una nueva forma de ver el mundo. Es cada vez más frecuente, gracias al aceleramiento de las comunicaciones y a medios como el Internet, escuchar y asimilar la dimensión transnacional, múltiple, de la comunidad boliviana. Poseemos raíces, sí, pero la creciente movilidad de nuestros habitantes nos remite a otro tipo de composición/identificación.
Paella
Una paella posee aromas y características privativas de la región en la que se prepara, pero también resulta única en función a los ingredientes con las que se prepara. Frutos de mar, arroz, trozos de cordero o conejo, carne o vegetales, hacen de su confección un ch'enko especial, una mescolanza con sabor propio. Así, la composición cultural de los bolivianos, su identificación con una comunidad aún enraizada a las costumbres tradicionales del lugar de origen, se ve sumada a la nueva experiencia del lugar de inmigración. No le es ajeno, hay ya otros que le abrieron un pequeño espacio antes de que él o ella llegaran. Y a la vez, le es completamente nuevo. Las comunidades transnacionales, así, juegan a ser un nuevo espacio para la construcción de la identidad particular de cada bolivian@ que abandona su país, con la mezclada esperanza de encontrar mejores oportunidades afuera y de retornar, si cabe, en algún momento.
[1] La diáspora boliviana: Estado de situación de los procesos migratorios transnacionales en Bolivia. Foro Internacional sobre el Nexo entre Ciencias Sociales y Políticas. Febrero 2006,Córdoba, Argentina.
[2] Globalización, Transnacionalismo y Multiculturalismo. Claves para el entendimiento de la migración internacional en la sociedad contemporánea. Foro Internacional sobre el Nexo entre Ciencias Sociales y Políticas. Febrero 2006, Córdoba, Argentina.
Entre el ramal y la paella
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