Literatura, libros y web

Hoy se publica en el suplemento Fondo Negro periódico La Prensa un extenso artículo sobre la importancia del libro impreso en frente de los textos publicados en Internet.

Autores, lectores, editores y autoridades coinciden en que si bien hay que servirse de las computadoras y la web para ampliar los horizontes culturales, el libro-objeto no podrá ser reemplazado por textos online.

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Conversaron con varios autores y editores como Homero Carvalho Oliva, Juan Claudio Lechín y Carlos Azurduy, gerente de editorial La Hoguera en La Paz. Todos ellos llegan a la conclusión que a pesar de la importancia creciente de las tecnologías en la literatura, el objeto físico, la página impresa, sigue siendo el verdadero cuerpo y alma de la literatura:

Una visión —acaso fatalista— tiene Lechín: “La web y la devastadora tecnología llegaron para dominar. Como toda devastación, pondrán razones de orden ético para suprimir al libro, tal vez el respeto a los bosques o algo así. Como en un cuento de Bradbury, retrocedamos y disfrutemos los últimos momentos de las cosas finas, amables y dulces, antes que lleguen los humanos”

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Y aunque el texto es una necesaria defensa al libro y la literatura, así como la nueva Ley del Libro y otras iniciativas de fomento a la lectura. Olvidan un tema importante en la discusión entre la tecnología y la literatura impresa. Los libros son en esencia elitistas, y que solo hayan entrevistado escritores consagrados y editores lo demuestra. Aquí no sólo hablamos sobre quién puede acceder a los libros para leer, sino para publicar. Quién puede publicar libros y quién puede publicar en Internet. O si nos alejamos más, cual es el medio por el que es más fácil acercarse a tus lectores. Por este camino entonces claro que Internet puede convertirse una amenaza, no porque se aleje del libro como objeto preciado, fetichista y codiciado; sino porque amenaza a aquellos autores que se han establecido en este medio. Internet no hará desaparecer libros, pero si podrá quitarles lectores.

Los libros, como bien dicen ellos, no desaparecerán. Pero Internet permitirá el surgimiento de nuevos lectores y nuevos escritores. Es entonces el momento en que los libros en papel y la literatura virtual trabajen juntos ya que más que una lucha tendría que ser un trabajo complementario.